Las pruebas de Bioburden, también conocidas como pruebas microbiológicas rápidas (RMM), son un proceso crucial de control de calidad. Cuanto más fácil y rápido sea cuantificar la contaminación microbiana en sistemas de agua, materias primas o productos acabados, mayor será su capacidad para tomar decisiones rápidas que repercutan en la seguridad y la calidad. Durante años, las aguas farmacéuticas han corrido riesgos debido a la espera de varios días para obtener resultados de carga biológica utilizando métodos basados en el crecimiento. Es hora de disponer de métodos más rápidos y fiables que le proporcionen la información que necesita para minimizar los riesgos.
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